Tradicionalmente, las rebajas de verano comienzan a primeros de julio. Sin embargo, este año en buena parte del país se adelantan al 26 de junio. Desde ACIA (Asociación del Comercio, Empresas e Industria de Antequera) y el Centro Comercial Abierto (CCA) se anima al pequeño comercio local a que realicen un esfuerzo y consigan sumarse desde este fecha.
“Planificar unas rebajas con el calendario en la mano, organizar los descuentos, los periodos, valorar muy bien los tiempos y sobre todo preveer el mes de agosto, tanto en mercancía con en descuentos a realizar”, apunta el gerente de ACIA, Jaime Barranco, que también recuerda que las grandes cadenas ya han comenzado con esta práctica, máxime cuando en Andalucía las rebajas están liberalizadas desde 2012.
“Nueva Normalidad”
Aunque desde ayer está levantado el estado de alarma, entrando el país en la “nueva normalidad”, desde la Junta de Andalucía se han decretado una serie de medidas preventivas para minimizar el riesgo de nuevos contagios por Covid-19. Así, con independencia de su superficie, en los establecimientos no se podrá exceder el 75% de la capacidad permitida.
También están obligados a garantizar una distancia mínima de un metro y medio entre clientes y entre estos y los trabajadores, estando señalizada con marcas en el suelo, balizas o cartelería. Y si no se pudiera mantener la distancia de seguridad se deben adoptar las medidas higiénicas adecuadas. Igualmente, en la entrada se deberá poner a disposición del público dispensadores de geles hidroalcohólicos y exigir a los clientes el uso de mascarillas.
Otras exigencias de la Administración autonómica son que los probadores se desinfecten tras su uso, higienizar las prendas probadas y no adquiridas, así como las devueltas y realizar una limpieza y desinfección de las instalaciones, al menos, dos veces al día y en cada cambio de turno.
Requisitos generales
Al margen de esta indicaciones que ya se estaban poniendo en practica durante la desescalada, la normativa del sector establece una serie de requisitos a los establecimientos que realizan rebajas, con la finalidad de que esta práctica no suponga un menoscabo de los derechos y garantías de los consumidores.
En los productos, los precios rebajados deben aparecer junto al habitual -sin superponerlos-, y cuando se trate de una reducción porcentual de un conjunto de artículos, bastará con el anuncio genérico, sin necesidad de que conste en cada artículo.
Los comercios tienen la obligación de admitir devoluciones en época de rebajas, si lo hacen durante toda la temporada; así como el pago con tarjeta, que precisamente es una práctica fomentada ahora como medida preventiva ante el coronavirus.
No se podrán vender los artículos que estén deteriorados por alguna causa -los considerados saldos, y que no estuvieran dispuestos en el establecimiento para la venta al consumidor con un mes de antelación a la fecha de inicio de la venta en rebajas.
Cuando las rebajas no afectan a todos los productos del establecimiento, los rebajados deben de estar debidamente identificados y diferenciados del resto. También si en el mismo local hay venta de saldos o en liquidación. En este sentido, no se puede anunciar la venta en rebajas cuando afecte a menos de la mitad de los productos ofrecidos en el mismo, sin perjuicio de descuentos u ofertas en artículos concretos. “Tanto en la publicidad de estas ventas, como en la información ofrecida a los consumidores, se deben indicar las fechas de comienzo y final de las mismas”, recuerda Barranco.